Para poder definir las pedagogías emergentes es necesario vincularlas con las tecnologías propias de esta época, que tuvieron su origen y desarrollo en las últimas décadas del siglo pasado y se han expandido exponencialmente a partir del cambio de milenio. No obstante, también resulta necesario no abandonar la didáctica ni las estrategias clave de aprendizaje, esto es, no dejar librado el aprendizaje al simple uso de la tecnología.

Jordi Adell y Linda Castañeda proponen una serie de características de las pedagogías emergentes a fin de evitar que el uso de tecnologías en el aula redunde en una mera repetición de prácticas clásicas de enseñanza, que no tienen nada de disruptivo y tampoco de emergente.

Según el informe preliminar del Proyecto TICSE 2.0 (2011) citado por los autores, las llamadas “tecnologías invisibles” siguen siendo las más empleadas en el aula. Con ellas nos referimos a los materiales didácticos tradicionales, llámese libros de texto, pizarrones, mapas analógicos. Mientras que, aunque el uso de herramientas TIC en el aula se viene expandiendo, sólo se limita al desarrollo de actividades enmarcadas en el paradigma clásico de enseñanza, que sigue vinculado a la repitencia memorística y enciclopedista de saberes. Esto es, tenemos nuevas herramientas, pero las empleamos bajo los mismos esquemas didácticos que proponían las tecnologías clásicas. 

Entonces, de nada sirve incorporar tecnología si la misma no viene acompañada de un cambio en las estrategias y recursos didácticos que se amalgamen con la enorme cantidad de posibilidades que abren las nuevas herramientas. Ya sea amparados en teorías constructivistas sociales y construccionistas del aprendizaje, en aquellas basadas en proyectos o incluso en los paraguas teóricos más novedosos como el conectivismo o el aprendizaje rizomático, el uso de las TIC debe ir acompañado de mecanismos nuevos que permitan explotar al máximo el potencial de las nuevas herramientas.

Esta aspiración es la que busca resumirse en el concepto de las llamadas “pedagogías emergentes”, definidas por Adell y Castañeda como “el conjunto de enfoques e ideas pedagógicas, todavía no bien sistematizadas, que surgen alrededor del uso de las TIC en educación y que intentan aprovechar todo su potencial comunicativo, informacional, colaborativo, interactivo, creativo e innovador en el marco de una nueva cultura del aprendizaje”.

Sus rasgos principales son: